Cirque du soleil: en la tierra y en el aire

Por EDUARDO GIORELLO
"Saltimbanco"
Un espectáculo del Cirque du Soleil. Dirección: Guy Lahiberté. En Avenida España 2230 (Costanera Sur).
Finalmente llegó a Buenos Aires el famoso Cirque du Soleil, una compañía de origen canadiense de ganado prestigio internacional, que dirige Guy Lahiberté. En la amplia y cómoda carpa instalada en la Costanera Sur desarrolló su primer espectáculo visto entre nosotros: "Saltimbanco" que fuera creado en la década de los noventa. Un conglomerado de artistas internacionales, occidentales y orientales llevan adelante el show estructurado en dos partes y con una duración total -con un largo intervalo de más de 30 minutos- de tres horas.
Lo más deslumbrante de la extensa cabalgata son los maravillosos números acrobáticos. Una joven bailarina que camina, se desliza y salta certeramente de una cuerda a la otra en una exhibición de altura, un grupo de atletas que se sostienen de barras horizontales y que en acción grupal diseñan un movimiento coreográfico muy atractivo, otra mujer que maneja un puñado de pelotitas que combina hábilmente hasta bailando tap, unos contorsionistas de sutil efecto, una familia que realiza proezas en equilibrio uno sobre otro (el padre debajo, la madre arriba y por fin un niño sobre las espaldas de la madre) constituyen un coro de afinados efectos plásticos y de una aptitud de alcances deportivos. Todo esto se da en un magnífico marco estético, ya que iluminación, escenografía, un enorme techo metálico con vitraux de colores rabiosos y una orquesta en vivo debajo acompañan visual y sonoramente las acciones de los artistas-bailarines-acróbatas.
Son menos efectivos las instancias reservadas a los clowns, que repiten ciertas rutinas muchas veces vistas en nuestro país, en circos locales y visitantes. Tampoco llamó demasiado la atención un segmento con dos bailarinas con un juego de boleadoras, algo insistentemente usado en diversos shows argentinos aquí y en el exterior. Lo que sí habrá que reconocer como fascinante y complementario de las extraordinarias habilidades de los artistas circenses del Cirque Su Soleil es la aptitud dramática de cada uno de ellos en la realización de las presentaciones de los distintos cuadros. Teatro y circo. Refinado efecto dramático para acciones que de otra manera sólo llamarían la atención por la habilidad de la preparación aunque vacías de contenidos.
El nivel técnico de "Saltimbanco" es siempre de extremado cuidado y de enorme pericia. La música zumbona acompaña las distintas secuencias, tocada por un eficaz grupo instrumental y una cantante: Lawrence Janot, que pasa del rock, al tango y a la música pop con flexibilidad. Los vestuarios son de una gran suntuosidad, acompañados por luces reveladoras que dejan ver cada uno de los detalles artesanales. Llevados con elegancia y con pericia por los artistas del Cirque du Soleil, configuran una de las columnas básicas de este emprendimiento de aliento posmoderno que es este espectáculo que viene a renovar con fuerzas nuevas y de alguna manera revolucionarias el viejo espectáculo de circo, con su troupe heterogénea y sus eternos payasos enharinados. Máscaras hechas para el divertimento del hombre de siempre, que ahora gracias al Cirque du Soleil y con una mirada más actual, resulta acorde a los códigos estéticos del controvertido siglo XXI, este que transitamos con un cierto escozor y al que las luces originadas en Canadá y que acompañan al grupo singular, nos viene a alumbrar, con reflejos y sin perder de vista ni la profunda poesía ni el colorido universo fantástico de cada uno de nosotros.
eldia
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